Retirada del pañal respetuosa: guía para acompañar su autonomía
Aunque en muchas culturas los bebés no usan pañales, bien porque no tienen, bien porque por tradición lo hacen diferente, en occidente hace ya muchas décadas que, desde que los bebés nacen, les ponemos un pañal para poder tener controlados tanto su orina como sus heces.
Soy de la opinión de que, cuando acostumbramos a un bebé a algo, porque nos va bien a nosotros, deberíamos ser lo más respetuosos posible a la hora de desacostumbrarlos. De ahí que sea importante recordar que la retirada del pañal respetuosa no es un evento puntual marcado en un calendario, sino un proceso que acompaña el desarrollo de su autonomía, con sus idas y venidas.
⏳ ¿Cuándo está realmente preparado tu peque?
El primer paso es entender que no existe una "edad ideal" para dejar el pañal de forma respetuosa. Los estudios del desarrollo psicomotor Haizea-Llevant por los que se rigen los controles del “Niño sano” en las consultas de pediatría nos dicen que, a los 30 meses sólo el 50% de los niños controlan esfínteres. A los 36 meses lo hace el 75% de los peques, y que no es hasta los 42 meses (3 años y medio) cuando ya lo controla el 95%.
Esto significa que cada peque tiene su ritmo, y que no es cierto que a los 2 años haya que quitarles el pañal. Ni es cierto que deba ser en septiembre cuando empiezan el cole. De ahí el siguiente aviso: empujar este proceso antes de tiempo puede generar frustración y problemas de negación y estreñimiento. Por eso, más que fijarnos en su edad, debemos observar señales claras de preparación:
Señales físicas y neuromotoras
- Empieza a pasar más tiempo entre que mancha un pañal y otro.
- Es capaz de caminar, de correr y de subir escaleras.
- Sabe bajarse la ropa interior y subírsela de nuevo, aunque necesite ayuda.
Señales cognitivas y comunicativas
- Comprende palabras relacionadas con el pipí, la caca y el orinal.
- Identifica la sensación de tener ganas y la expresa antes de hacerlo (aunque aún se lo haga encima).
- Muestra interés en lo que hacemos los adultos (u otros niños) en el baño.
Maduración emocional y entorno sin presión
- Quiere hacer cosas por sí mismo: va dejando atrás la etapa de bebé, pues es cada vez más autónomo en todos los sentidos (bebe en vaso, no usa chupete, se pone y se quita alguna prenda, recoge los platos sucios…).
- Comprende que puede exteriorizar emociones y que puede modificar nuestro comportamiento con sus acciones y palabras.
- No está viviendo un gran cambio emocional (nacimiento de un hermanito, mudanza, inicio de escuela infantil...).

🛠️ Consejos para una retirada del pañal respetuosa
Acompañar la retirada del pañal respetuosa implica sobre todo facilitar el camino, sin forzar ni imponer. Recuerda: tú le pusiste el pañal, deja que se lo quite tu peque.
Crea un entorno preparado y seguro
Coloca un orinal accesible, un reductor de WC con escalón para que pueda apoyar los pies (si se siente inestable no querrá sentarse) y lleva los pañales al baño.
Establece rutinas sin presión.
Si crees que puede estar preparado, puedes ofrecerle estar un rato sin pañal. Si la temperatura acompaña, puede ir bien dejarlo sin ropa de cintura para abajo. Llegará un momento en el que tendrá ganas de hacer pipí o caca, y probablemente lo haga en el suelo. Así podrá comprender qué es el pis y cómo lo ha hecho, qué es la caca y cuál es la sensación que ha tenido al hacerla.
Entenderá también (a veces hay que ayudarle) que la caca no es una parte de su cuerpo, y que el lugar al que debe ir es el retrete, pues es donde la tiraremos.
Será un buen momento para explicarles lo que acaba de suceder:
“Veo que has hecho pipí / caca. Voy a limpiarlo. Ven, acompáñame, que voy a tirar la caca en el váter, y así le decimos adiós y tiras tú de la cadena. La próxima vez, puedes hacerla en un pañal, en el orinal o en el váter. Me avisas y vamos al baño, ¿vale?”.
Así, cada vez que suceda, deberemos explicarle esto mismo hasta lograr que un día nos avise y le podamos acompañar al baño, preguntándole qué prefiere: “¿Quieres un pañal, quieres el orinal o quieres hacerlo en el váter?” (mejor en este orden, ya que si lo último que dices es “pañal” aumentas la probabilidad de que lo escoja). Y que elija lo que considere mejor. Su decisión será siempre válida, ya que en el fondo lo que queremos es que vaya controlando esfínteres, sin ser relevante dónde lo haga.
Importante: no hay que sentar al peque a ratitos en el orinal ni el retrete, ni poner horarios. Simplemente hay que esperar a que nos avise. Ahora bien, sí deberíamos ofrecer ir al baño en momentos clave del día (antes de dormir y si vamos a salir de casa), y que vea que en esos momentos nosotros también vamos. Pero sin obligarle a hacerlo si no quiere.
Usa ropa y calzado fáciles de quitar
Para cuando ya esté empezando a avisar, y dado que a veces lo hará tarde o con el tiempo justo, es recomendable usar pantalones con goma, sin botones ni tirantes y zapatillas sin cordones y que puedan limpiarse fácilmente. Cuanto más autónomo pueda ser, mejor.
Normaliza accidentes con calma
Habla con naturalidad de los escapes: "Te has hecho pipí. Vamos a cambiarnos. La próxima vez puedes avisarme y vamos al baño". Lo importante es no ridiculizar ni castigar.
Fomenta la participación en el cambio de ropa
Permite que elija la ropa interior, que se quite y se ponga los pantalones, que ayude a limpiarse...
Usa cuentos y juegos que ayuden a anticipar
Muchos cuentos infantiles abordan el tema del control de esfínteres. Son una gran herramienta para hablar de forma natural sobre este proceso. También podéis jugar con peluches y muñecos a cualquier cosa y que, de repente, uno de ellos tenga ganas ir al baño y diga “Un momento, que tengo pipí”, y que deje el juego y se vaya al baño a hacer pis (llevamos al peluche, lo ponemos en el reductor del peque y decimos “Pssss”). Así irá normalizando y comprendiendo aún más todo lo relacionado con la eliminación.
Mejor no felicitar
No es que sea horrible felicitar a un peque cuando haga lo esperado, pero hay peques que se emocionan tanto con el halago, que luego se decepcionan al tener un escape, y sienten que han hecho algo mal, porque obviamente, no hay felicitación. Es mejor que normalicemos todos los pasos del aprendizaje: los aciertos y los errores, sin felicitar ni reprender unos ni otros.
Qué hacer si no hay un avance claro
Es posible que, a pesar de estar haciéndolo todo de manera respetuosa, observemos que nuestro peque no nos avisa, que pasan días sin que haya avances, y que incluso podría empezar a agobiarse con el tema. En este caso, es mejor decirle que vamos a volver a ponerle el pañal, y que en unas semanas puede volver a probar (de ahí la importancia de que nadie le haya dicho que “ya no vas a llevar el pañal porque ya no eres un bebé / ya eres mayor”).

🌙 ¿Y por la noche? Retirada respetuosa del pañal nocturno
El control nocturno es un proceso fisiológico más lento, que puede suceder meses o incluso años después del control diurno. La manera más fácil de saber cuándo está preparado para dejarlo es observar cómo amanece. Cuando el pequeño se despierta seco durante varias noches seguidas, podremos ofrecerle probar a dormir sin pañal.
enfermero de pediatría y nuestro Jedi de crianza respetuosa.
